La palabra “bunad” surgió en Noruega a comienzos del siglo XX. Este término se emplea para designar tanto a los trajes típicos creados a partir de reconstrucciones de hechos históricos, como a aquéllos de motivo folklórico.
Esta palabra se escogió del noruego (e islandés) antiguo búnaðr que significa “ropa de andar por casa”. Hasta el siglo XIX, época en la que el "bunad" tradicional experimentó su renacer, la prenda recibía era conocida con el término "bunadbevegelsen". Los pioneros de este resurgir de los bunads fueron Hulda Garborg y Klara Semb, quienes recrearon estas vestimentas basándose en los grabados y pinturas de acuarela de Johan F. L. Dreiers y Johann Heinrich Senn.
En los años treinta los bunads se hicieron muy populares. Fue entonces cuando la gente comenzó a llevarlos en sus vacaciones. En otras palabras, se convirtieron en trajes festivos (festdrak). Durante 20 años, la tradición se hizo mucho más fuerte y fue entonces, en los años cincuenta, cuando finalmente se comenzaron a llevar como trajes tradicionales para las festividades importantes: el 17 de mayo (Día Nacional de Noruega), en bodas, confirmaciones… en toda Noruega.
A día de hoy, los bunads se han convertido en un símbolo indiscutible del pueblo Noruego, ya que hasta 7 de cada 10 mujeres noruegas tienen uno en el armario. Los diseños son clásicos, con bordados, bufandas, mantones y joyas artesanales de oro o plata conocidas como sølje. Existen bunads tanto de hombre como de mujer, aunque los femeninos son más populares y gozan de mayor diversidad. Los hombres que los llevan son vistos como modernos y urbanos, y suelen estar entre los 20 y los 40 años de edad.
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