Para llegar hasta las peculiares ciudades del norte de Noruega, tendrás que viajar en coche entre la tundra de la península de Varanger, coger un vuelo de Wideroe, y finalmente tomar un ferry de Hurtigruten. El viaje es largo pero te aseguramos que merecerá la pena.
Probablemente creas que estás en la otra punta del mundo, pero pronto descubrirás que también es el centro de muchas cosas: de la historia de la zona ártica de Noruega, del comercio de la zona (entre Noruega y Rusia), del comercio de pescado y el punto de partida de muchas actividades que se desarrollan en el mar de Barents, el principal destino de navíos industriales y de minería proveniente del interior.
Vardø te sorprenderá dada su particular ubicación, ya que se encuentra en una isla fuertemente azotada por el viento, conectada con el continente mediante un túnel subacuático, el más antiguo de toda Noruega. Como último destino antes de alcanzar el Polo Norte, Vardø te sorprenderá por su fresco clima y por la amabilidad de sus gentes.
Sin embargo, este pequeño pueblo también despertará en ti un atisbo de tristeza. A día de hoy, Vardø es una mera sombra de lo que solía ser. Hace cien años, esta villa era una floreciente región comercial del Mar de Barents. Aunque los negocios de restauración han permanecido a lo largo del tiempo, son muchos los edificios históricos que un día hirvieron de vida y que actualmente están vacíos y abandonados, lo que le confiere a este lugar un aire de melancólico. En la última década, su población ha decrecido un 20%, disminuyendo hasta los 2800 habitantes, aproximadamente.
El poblado de Vardø es uno de los más antiguos del norte de Noruega y también de todos los asentamientos cercanos al Círculo Polar. Recibió su estatus oficial en 1789, pero su historia se remonta a un tiempo anterior. La fortaleza de Vardøhus se construyó en el siglo XIV con el propósito de la República de Novgorod de proteger la zona. Esta fortaleza, restaurada y abierta al público se muestra como una estrella de ocho puntas, cuya construcción tuvo lugar entre 1734 y 1738. Durante setecientos años, esta fortaleza solamente ha tenido que hacer frente a una batalla: la invasión de las tropas nazis en 1940.
Si visitas este entrañable pueblo, no olvides tomarte tu tiempo para disfrutar del Museo Varanger, el Museo Pomor y la ya mencionada Fortaleza Vardøhus. Si dispones de algo más de tiempo, te recomendamos disfrutar también de un paseo a lo largo de la costa. En la zona este de la isla podrás deleitarte con las increíbles vistas del Mar de Barents y la isla de Hornøya. Si te giras hacia el sur, entre las cúpulas del radar Globus II podrás ver la costa sur de Varangerfjord.
Durante el mes de noviembre, Vardø acoge el Blues i Vintermørket, un interesante festival de blues. A finales de marzo tiene lugar el Yukigassen (guerra de bolas de nieve). También a finales de julio de cada año, se celebra un evento de comercio entre Rusia y Noruega en Varanger. El festival Pomor conmemora los acuerdos mercantiles que antaño tenían lugar con Rusia hasta la Revolución Rusa. En ese entonces, se intercambiaban bienes como el pescado por otros alimentos como trigo y madera.
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