Los glaciares son unas formaciones naturales, son grandiosos y serenos. Cuando reciben la luz solar de pleno, su destello parece iluminar hasta el propio cielo. Si en alguna ocasión tienes la posibilidad de adentrarte en sus profundidades, te sentirás como si te adentrases en un reino de hielo. Cuando los rayos de sol penetren a través de las capas de hielo, presenciarás un espectáculo casi mágico, ya que cientos de destellos azules inundarán el interior de la cueva.
Los glaciares están formados por toneladas de nieve prensada, lo que los convierte en montañas de hielo. Como si de blancos sombreros se tratase, coronan la cima de numerosas montañas del mundo, además de condicionar y afectar directamente a la climatología terrestre. Las nevadas y los deshielos, así como la evaporación y las erosiones del viento, serán los que definan el tamaño y la forma de cada glaciar en particular. Todos estos procesos acontecen de forma simultánea casi siempre, de manera que el más frecuente de ellos determinará si el glaciar crece en tamaño o disminuye.
2600 km cuadrados de la superficie de Noruega se encuentran cubiertos por hielo y nieve. El glaciar Nigardsbreen es uno de los cincuenta brazos del glaciar más grande de Europa, el Jostedalsbreen, considerado como uno de los glaciares más hermosos del país. Su formación se remonta a 2,5 millones de años atrás. En tiempos anteriores a la prehistoria, el hielo que cubría Noruega alcanzaba hasta los 3 km de espesor.
En la actualidad, los glaciares se encuentran en peligro a causa del cambio climático. Este glaciar también ha sufrido las consecuencias de dicho fenómeno: en los últimos 180 años, ha perdido más de 100 metros de su longitud total.
Si deseas conocer más sobre glaciares, sus orígenes y su impacto en la climatología mundial, así como en su flora y fauna, anímate a visitar el Museo Noruego de Glaciares & Centro Climatológico Ultveit-Moe, en Fjærland, ¡es una visita de la que no te arrepentirás!
Puedes llegar hasta el Nigardsbreen en coche, tomando la carretera que atraviesa Aurlandsfjorden, bordear los lagos Jølster y Olden y continuar a través del valle Gloppen. No está permitido aparcar justo en el glaciar, pero hay un parking cercano. Tendrás que dejar allí tu vehículo y dirigirte al embarcadero desde donde sale un pequeño barquito, que te llevará hasta los pies del glaciar. También puedes llegar a pie, subiendo una empinada y pedregosa pendiente. ¡No olvides sacar montones de fotos de este memorable momento!
Incluso durante el verano, la temperatura en el glaciar no sube a más de 5 grados Celsius sobre cero, y todo eso durante el día, con la luz solar incidiendo en el lugar. A la tarde, cuando el sol se pone y el viento sopla, las temperaturas caen en picado, como si volviese a ser invierno.
Por todo esto, te recomendamos que vayas abrigado a visitar este increíble glaciar. Un buen abrigo y calzado de montaña junto a unos gruesos calcetines son la mejor opción. También un gorro de punto y gafas de sol le darán el toque final a tu vestimenta.
Visitar el glaciar sin un guía experimentado puede ser un riesgo innecesario. Las capas de hielo del glaciar están en constante movimiento, abriéndose nuevas grietas y fallas, además también pueden tener lugar desprendimientos de hielo, por lo que ir acompañado de un guía y preparado para cualquier adversidad es la mejor opción para disfrutar de manera segura de la naturaleza en estado puro.
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