Hemos cruzado prácticamente toda Noruega del Sur al Norte. Nuestra ruta ha sido: aterrizamos en Oslo, después tomamos un tren hacia Fauske, luego un autobús a Narvik y pasamos dos semanas allí explorando toda esa zona. La vuelta la hicimos por el mismo camino.
OSLO-NARVIK
Empezamos en Oslo. Es una ciudad maravillosa, verde, llena de extrañas esculturas, románticos muelles y, por supuesto, su famosa Ópera ¡Incluso llegamos a andar por su techo inclinado! En verano, cuando hace calor, los habitantes de Oslo toman el sol allí, sobre las aguas del Fiordo de Oslo.
Por la noche, tomamos el tren hacia el Norte. Nos sorprendió la numeración de los vagones: puedes ver el vagón 5 seguido del 357 y después el vagón 25. El propio vagón está dividido en dos partes, cada una con su propio numero. Al principio era tan confuso que nos confundimos de vagón y ocupamos los asientos equivocados. Después de varias disculpas, conseguimos llegar a los nuestros.
Al final del trayecto algo nos sorprendió de nuevo. Había dos mujeres mayores sentadas en los asientos de al lado con las que no intercambiamos ni media palabra en todo el viaje, pero al bajarnos en nuestra estación, nos sonreían y decían adiós con sus manos. ¡Fue una experiencia muy positiva!
Después de esto, nos subimos en el autobús dirección a Narvik.
FIORDOS Y NATURALEZA
Primero, haceos a la idea que Noruega es igual a fiordos, ¡están por todos sitios!
Segundo, Noruega son montañas. Cuanto más lejos al Norte, más montañas encontrareis.
¿Y qué más? Fiordos y montañas, agua cristalina, gente amable y aire fresco ¡Aire puro sin ningún olor! Si abres tu ventana y respiras notas un cierto aroma –árboles, hierba húmeda, abetos, flores… Pero en Noruega no hay nada de eso. Estéril. Creo que no tuve ninguna de mis alergias allí. Con ese aire, nos sentíamos sanos y dormíamos estupendamente.
Hay un campo de golf, no muy lejos de Narvik, que es considerado uno de los mejores del mundo. Y es el campo de golf situado más al Norte, por supuesto. Paseamos por allí con nuestros amigos noruegos y las vistas eran fabulosas. Pudimos beber un agua riquísima de un río cercano. Los noruegos (al menos en el norte) cogen agua potable de los ríos de las montañas.
PEQUEÑOS PUEBLOS
La población de Noruega es bastante reducida y las ciudades y pueblos son pequeños también. Narvik, por ejemplo, tiene solo 18.000 habitantes. Al atardecer la ciudad está vacía, solo brilla el sol. Dimos un largo paseo muy tranquilo por la noche.
Los locales están muy orgullosos de su naturaleza. Muchos de ellos planean sus vacaciones en Noruega, prefieren explorar su propio país que ir a famosos resorts en el resto del mundo.
A los noruegos también les gustan las barbacoas y parrillas. Si no tienen suficiente espacio en el porche delantero, construyen balcones que les permitan hacer sus asados.
Tampoco hay casa que se precie sin una cama elástica. Las tienen incluso en los campings, para los turistas que suelen saltar en casa, supongo. Si vas por la calle al atardecer, os prometo que veréis a alguien saltando.
Durante nuestro viaje vimos solo un par de coches de policía. Supongo que si puedes dormir tranquilo sin cerrar tu puerta con llave, ¡eres feliz!
SOL ETERNO
Aquí el sol es eterno. Pero esto solo ocurre al norte de Noruega y solamente en verano. En invierno, es siempre de noche. El sol de medianoche y la noche polar son dos fenómenos que nos ofrecen una experiencia muy especial.
Durante nuestro viaje, el sol brillaba las 24 horas, por lo que nuestro reloj biológico estaba bastante confundido.
¡Los lagos de agua caliente en las montañas fueron nuestra recompensa!
Uno de los puntos de interés de Narvik es un geiser artificial. Estalla cada noche a las nueve expulsando miles de litros de agua. Esto es un buen ejemplo de cómo cambiar algo puramente funcional (deshacerse del agua sobrante para disminuir la presión) ¡En una atracción turística!
Viajar a Noruega
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